Sí, aunque en estas horas bajas nos extrañe muchísimo, España ha fascinado a propios y a extraños por todo el mundo. Todavía hoy, nuestra cultura es tan vasta y rica que es un caso digno de estudio el poco aprecio que se tiene por el público en general. Lo hemos sido todo en innumerables aspectos y, sin embargo, la poca autoestima patria que tenemos solo se puede explicar por el desconocimiento (doloso o imprudente). La cultura española ha marcado cénits por generaciones. En música, pintura, arte, literatura, arquitectura, escultura o gastronomía. España y Cultura (con mayúsculas) son sinónimos, y en estas entradas que hoy comienzo me limito a constatarlo.
En el vídeo nos encontramos con tres grandes hitos en nuestra cultura. El autor, mi paisano (él era de Sagunto, yo nací en Valencia) el Maestro Rodrigo. La pieza, el Concierto de Aranjuez. El intérprete, el murciano Narciso Yepes.
Los músicos, triunfantes, fueron afamados y admirados mundialmente. La composición, interpretada y estudiada en todos los conservatorios del mundo, desde que se estrenara en Barcelona, allá por 1940. Es realmente una obra maestra emocionante, embriagadora, profunda y cargada de belleza musical y estética, que nos traslada sensorialmente a los jardines del Palacio de Aranjuez en una época cualquiera, eso sí, revestidos de todo su esplendor artístico.
He aquí también una versión que me encantó, de la película "Tocando el viento" (Brassed Off, 1996), que narra las vicisitudes de una banda formada por los trabajadores de una mina en proceso de cierre, ambientada en la época de las reformas de Tatcher en el Reino Unido.
El concierto de "Orange Juice".
Todo ello es, sí señores, cultura española. De España.
En el vídeo nos encontramos con tres grandes hitos en nuestra cultura. El autor, mi paisano (él era de Sagunto, yo nací en Valencia) el Maestro Rodrigo. La pieza, el Concierto de Aranjuez. El intérprete, el murciano Narciso Yepes.
Los músicos, triunfantes, fueron afamados y admirados mundialmente. La composición, interpretada y estudiada en todos los conservatorios del mundo, desde que se estrenara en Barcelona, allá por 1940. Es realmente una obra maestra emocionante, embriagadora, profunda y cargada de belleza musical y estética, que nos traslada sensorialmente a los jardines del Palacio de Aranjuez en una época cualquiera, eso sí, revestidos de todo su esplendor artístico.
He aquí también una versión que me encantó, de la película "Tocando el viento" (Brassed Off, 1996), que narra las vicisitudes de una banda formada por los trabajadores de una mina en proceso de cierre, ambientada en la época de las reformas de Tatcher en el Reino Unido.
El concierto de "Orange Juice".
Todo ello es, sí señores, cultura española. De España.
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