29 abril 2009

¿A quién representa el PP?

Lo recogía ayer Europa Press: la Mesa del Congreso de los Diputados admite a trámite una iniciativa de IC-V para reprobar al Papa. La excusa es la enseñanza de la Iglesia, que el Papa recordó en su viaje a África en relación con los preservativos y el SIDA. Hay que recordar, además, que tras la tormenta de ataques que sufrió el Romano Pontífice tras sus declaraciones, varios científicos dieron apoyo desde la ciencia a dicha postura, en el diario francés Le Monde. Con ésta, será la segunda reprobación que se le hace al Papa desde un parlamento nacional, pues ya Bélgica tuvo el dudoso honor de ser pionera en este sentido, a lo que respondió la Santa Sede con un comunicado más bien comedido, en el que se recordaba que la Iglesia es la líder mundial en la lucha contra dicha enfermedad y en el cuidado de los enfermos de SIDA. Es decir, de aquellos a quienes nadie mira, ni quiere, ni cuida.

Pero el dato que más llama la atención es que la reprobación que el parlamento español va a realizar cuenta con los votos favorables de Ana Pastor y Celia Villalobos, mientras que sólo dos diputados (Jorge Fernández Díaz e Ignacio Gil Lázaro) votaron en contra. Se produce así una división al 50% de los miembros del Grupo Popular en la Mesa del Congreso, que pone de manifiesto dónde se encuentra el PP en relación al laicismo que el progresismo con tanto ahínco pretende imponer. Recordemos que el PP, como ha recordado recientemente Rajoy y ya lo dijo en la campaña electoral, está a favor de la actual ley del aborto. Recordemos, además, que el PP aprobó, cuando gobernaba en el año 2000, la píldora abortiva RU-486, o la financiación de clínicas abortistas en Comunidades donde gobierna. Recordemos, también, cómo apoya el "contenido" de los "matrimonios" homosexuales. Y un largo etcétera. Por algo en campaña ya dijo Rajoy que él defendía "los postulados del socialismo clásico" (El Mundo, 17 de marzo de 2008).

¿Mal menor? Mal mayor.

28 abril 2009

¿Sociedad o masa?


El mundo se encuentra en un estado de permanente angustia. Ya fuera por las vacas locas, el supuesto calentamiento global, la gripe aviar, el terrorismo islamista (¿se acuerdan uds. de la obsesión por un posible envenenamiento por ántrax?), la crisis económica internacional, y un largo etcétera que, en cuestión de minutos, sirven para que a través de la prensa y la televisión el personal se entregue a la alarma, al miedo y la paranoia. Con esto no quiero decir que haya que ser unos irresponsables temerarios que se exponen sin discernimiento a cualquier peligro que aceche mínimamente. Pero una cosa es eso y otra convertir cada posible contingencia en un peligro inminente que nos paralice. Por otro lado, en estos casos podemos constatar cómo la “alarma pública” convierte a la sociedad en una masa irreflexiva fácilmente manipulable por quien tiene la sartén por el mango. Nunca la masa es tan “masa” como cuando algo parece amenazarla. Todos los factores antes enumerados contienen en sí dos rasgos que se repiten sin apenas variación: Una, la sensación de angustiosa desprotección que se despierta en la gente; y dos, el aprovechamiento por los gobiernos (y los media que colaboran) para poder tener mayor control sobre la otrora llamada sociedad. Es esta parte la que a mí más me atemoriza.

Los mexicanos viven, ciertamente, momentos muy duros. Ayer, los habitantes del Distrito Federal, entre la cancelación de todo evento público (celebraciones religiosas y deportivas inclusive) por la gripe porcina y el terremoto que vivió la ciudad, parecieron vivir escenas de Apocalipsis. Me afecta especialmente todo lo que suceda en México, pues a parte de ser un país al que tengo mucho cariño como español, mis lazos familiares con el país y el verano de voluntariado que pasé antes de comenzar la universidad me unen de modo muy fuerte con ellos. Por eso, esta mañana, mientras desayunaba y veía FoxNews, me ha llamado mucho la atención (siendo suave) escuchar cómo se mezclaba el impacto económico que tendrá la gripe porcina sobre México, lo que afectará seguro a los EEUU. Y eso, unido a la inmigración ilegal y la salud pública norteamericana. Todo ello, con letreros en pantalla que recordaban casos anteriores de pandemias, como por ejemplo la “gripe española” (spanish flu) de 1918 que dejó a un tercio de la población de EEUU afectada por la enfermedad. Por cierto, que aquella gripe mi fue española ni fue transmitida por ningún hispano. Pero el mensaje está claro cómo llega a la audiencia.

Al final, lo que sacamos en claro es la facilidad para manipular y provocar en el público reacciones irracionales cuando se inyecta la dosis de miedo suficiente para que la sociedad deje de ser sociedad y pase a ser masa. Además, si la sensación de desprotección se va renovando periódicamente con nuevas formas de amenaza, esa masa se convierte en la base social permanente de un país a merced de sus gobernantes.

Esta “moraleja” se puede aplicar en numerosísimos casos. Elegiré uno sólo porque de momento no lo he tocado todavía en el blog: cuando oigo al presidente Zapatero decir que “no dejará desprotegidos” a los afectados por la crisis económica, me pongo a temblar, porque: a) se aprovecha de forma inmoral del miedo para dominar a los ciudadanos; b) el Estado, sobretodo desde el siglo XIX, nunca ha protegido nada si no es a base de ganar poder en perjuicio de los “protegidos”; c) es una manera de evitar reconocer que la labor de políticos “protectores” ha tenido buena parte de culpa de la crisis; d) es una manera de crear “masa” y destruir sociedad; y e) no es verdad que lo pueda cumplir.

23 abril 2009

La educación diferenciada

Últimamente se habla mucho de la educación separada entre niños y niñas. Cantabria ha decidido no renovar el Concierto al colegio Torrevelo por no admitir niñas. Hoy, el delegado del Gobierno para la Violencia de Género ha dicho que “los niños verán a las niñas como un desigual si se escolarizan separados.” También, informa ElMundo.es, el delegado del Gobierno opina que es necesaria una educación que “supere esa referencia cultural”.

Puede que muchos de los que me lean no hayan oído hablar nunca de la llamada “ideología de género”. Esta ideología, como su propio nombre indica, pedalea sobre el concepto de “género”, con el que se intenta expresar una idea muy concreta, que es la de defender que los hombres y las mujeres no tenemos una naturaleza diferenciada que nos haga propiamente “hombre” o “mujer”. Según esto, las diferencias o los diferentes roles y caracteres de unos y otras se deben única y exclusivamente a factores culturales. Así, cada uno decide qué ser y, por supuesto, qué orientación sexual tener. Para los defensores de esta ideología, el objetivo para los próximos años (llevan ya unos cuantos) es la de borrar mediante leyes todo atisbo de diferenciación en este sentido e imponer este modelo desde el Estado a una sociedad adormecida que se deja manosear por su partido de turno (y digo “turno” con intención).

Pues bien, viniendo de quien viene y diciendo lo que dice, queda al descubierto, para quien lo quiera ver, qué es lo que se esconde detrás de este tipo de actuaciones, descaradamente intrusivas en la vida de los ciudadanos. Una vez más, sabemos que cuando el “progre” de turno, y más si encima es político, habla de “libertad” su credibilidad es cero, pudiendo asegurar que lo que dice es, simple y llanamente, mentira. Como pasa con todas las ideologías, la realidad y la verdad estorban de tal manera que no cabe otra que combatirla por medio de todas las armas posibles. Por eso todos hablan tanto de “cambiar” la sociedad. ¿Por qué no los cambiamos nosotros a ellos?

En este caso, además, esta mentira la conozco de cerca, pues soy una de esas tantas personas que han estudiado buena parte de su vida en un colegio sólo para chicos. Como muchos de mis amigos y amigas. También estuve en uno mixto, como otros amigos y amigas. Mi conclusión es que las razones para educar de forma diferenciada están más que justificadas. Como no para una y otra vez de demostrar la ciencia, los ritmos de aprendizaje, la madurez psicológica de niños y niñas, sobretodo a partir de ciertas edades, la manera de ver las cosas, etc… son constitutivamente diferentes y de la adaptación de la enseñanza a esta circunstancia se pueden sacar mucho provecho y ventajas. En cuanto a las calumnias que difunden sobre la vinculación de la educación diferenciada con la violencia doméstica (que no “de género”), a parte de carecer de fundamento científico alguno es que son una burda mentira que no merecía mayor atención si no fuera por la maldad con que se emiten. Que se molesten siquiera un poco en ver dónde existe mayor violencia. Se pueden llevar una sorpresa.

Por último, en un arrebato final de tomarnos por idiotas, nos hablan de la “sociabilidad”. Una sociabilidad que surge de natural entre chicos y chicas y que no necesita de un forcejeo artificial por parte del poder público, que se mete donde no le llaman.

En definitiva, estamos otra vez ante el enésimo intento de la clase política apoltronada en su sillón viendo problemas donde no los hay, en su afán por reducir las libertades de los ciudadanos y cegados por el doble factor de vivir de la política (aislados de la sociedad) y por la ideología particular que, de modo tozudo, se empeña en derribar la realidad para amoldarla a sus propios juicios imaginarios.

20 abril 2009

Salir de la Crisis

En primer lugar, quería disculparme por estos días sin escribir nada nuevo en el blog. En mi descargo diré que ello es debido a que de momento estoy sin conexión a Internet en casa, así que entre la Semana Santa y el ajetreo propio del trabajo, no he tenido tiempo ni medios de escribir.

No obstante, lo que no he dejado es de pensar en lo que escribir. Naturalmente, este blog ha visto la luz en medio de la tempestad de la crisis económica que padecemos, por lo que la cuestión no podía dejar de tratarse en una bitácora como ésta, que pretende estar al tanto de la actualidad y más de una circunstancia que tanto nos afecta a todos. El problema es que siendo un tema tan amplio y dada mi tendencia insufrible al “enrolle”, he pensado en ir desgranando por temas separados las entradas que tengan que ver con “la crisis”. Un apunte tan sólo: considero que esta crisis tiene menos de económica de lo que parece y más de moral de lo que a primera vista se nos antoja. Y siendo económica y moral, lo es también, de rebote, política. No soy el primero ni el único que defiende esto, por lo que dejo para las futuras entradas lo que ello entraña.

Y como tampoco me apetecía que nos hundiéramos todos en una depresión de caballo a punto de saltar por la ventana, he preferido darle, por lo menos, un enfoque optimista (aunque mejor debiera decir esperanzado), como debe ser, así que comenzarán todas con el título “Salir de la Crisis: y el título que sea”. No pretendo escribirlas en un orden determinado, sino conforme se me vayan ocurriendo, pues, de salir bien, ya habrá tiempo de ordenarlas.

Eso sí, seguiré persiguiendo mi propósito de evitar escribir las interminables entradas a que les tengo acostumbrados.

Fight the bore!


02 abril 2009

La defensa de la Vida y Dios (y III)

Con esta entrada acabo la serie de tres, que sirven como mi argumentario (mis humildes razones) para defender una postura que creo como la correcta: que en la defensa de la Vida, contra las leyes abortistas y la cultura de la muerte, un católico debe también proclamar a Dios como fuente de sus convicciones.
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Grupo 3º: Aunar esfuerzos con quienes, sin creer en Dios, son contrarios al aborto. La supuesta suficiencia del argumentario "humanista".
  • En el diálogo con otras confesiones religiosas, el llamado “ecumenismo”, el Catecismo enseña y los Papas han recordado que se debe rechazar, por ser injusto, el “sincretismo”. Es decir, el ocultar lo que separa para fijarse únicamente en lo que une. Esto es perfectamente válido al aplicarlo a la lucha por la Vida.
  • No me parece de más tener en cuenta que la mayoría de los agnósticos o ateos contrarios a esta ley de plazos o incluso a la ley vigente de supuestos de despenalización, no son contrarios al aborto en todos los casos. De hecho, la mayoría concede la posibilidad del aborto provocado en casos como violación o incesto.
  • En cualquier caso, una supuesta “coalición” por la Vida que uniera a creyentes y no creyentes, para ser fructífera y fuerte de verdad, debería partir de la abierta sinceridad de todos sus componentes. Así, los católicos proclamaríamos públicamente a Dios, en nombre de la fe y la razón, los ateos que hubiera actuarían en nombre del humanismo, y los liberales que también hubiera, en nombre del principio de “no agresión”. Todos ellos, unidos coyunturalmente en la defensa de la Vida. Esta sinceridad daría, seguro, mucha más fuerza a la coalición, porque al dejar patentes las diferencias de fundamento, se ensalzaría hasta tal punto el objetivo común, que el mero hecho de la unión lo elevaría a la categoría de universal. Por el contrario, la igualación por lo bajo, callando lo diferente, levanta las suspicacias de quien sabe lo que se “esconde” bajo la misma pancarta, de tal modo que la sospecha de la insinceridad y la falta de coherencia se cargaría la fuerza de cualquier argumentación.

(Las anteriores entradas, aquí y aquí).

Cuatro años sin Juan Pablo II

Hoy se cumplen cuatro años desde que el Papa Juan Pablo II se fuera al Cielo. La grandeza de su persona (y su santidad) hace que su recuerdo, expresado en palabras, se quede corto. En mi caso, si hubiera algo que resaltar, aquello que más me impresionaba, fue por un lado, su profunda relación con Dios, que se demostraba cada vez que se le veía rezar en público. Era un momento en que se notaba y palpaba que todo su ser se ponía en en disposición de tratar a Dios y a su Madre. Es éste otro de los grandes rasgos del Papa: su filial y enorme amor a la Virgen, mediadora de todas las gracias y Corredentora con su Hijo. Y, como consecuencia de todo ello, la fuerza arrolladora de su predicación incansable y el vía crucis entregado de sus últimos días. ¡Cuántas gracias se habrán derramado gracias a su entrega al servicio a la Iglesia! Tanto le debemos, que hoy no podemos sino dar gracias a Dios y encomendarnos a él para que siga, desde arriba, velando por toda la Iglesia, comenzando por su fiel sucesor, el Papa Benedicto XVI, los pastores y los fieles de todo el mundo.
  • Enlaces de interés:


- Todo sobre Juan Pablo II (conelpapa.com)


- Lo que escribí tras su fallecimiento, publicado aquí y aquí

01 abril 2009

La defensa de la Vida y Dios (II)


(argumentario a continuación de la entrada de ayer): 2 de 3


GRUPO 2: Argumento aconfesional o del “no mezclar cosas”:
  • En primero lugar, no sé cómo un católico puede seguir siéndolo y querer “separar” la vida y Dios, o reservar algún espacio en el que dejarle de lado “porque Dios no tiene nada que decir en este ámbito”. A parte de aquello de “ora comáis, ora bebáis, hacedlo todo para la gloria de Dios” (I Cor. 10, 31), podemos decir que ese argumento ya fue superado hace muchísimos años, aunque ahora muchos lo presenten como paradigma del “progreso”. En efecto, tanto Guillermo de Occam como los seguidores de Averroes, allá por los siglos XIII y XIV defendían posturas parecidas, en las que mediante teorías varias como la de la “doble verdad” o, en definitiva, la ruptura de lo temporal con lo espiritual secularizaban el orden civil y sentaron las bases del moderno progresismo (el relativismo en general), que finalmente nos condujo al aborto. Para profundizar en este punto recomiendo encarecidamente el texto enlazado.
  • Me queda la duda de si en esa idea del “no mezclar” no subyace en el fondo una cierta idea de “autosuficiencia” de la razón frente a la fe, lo cual sería ciertamente un grave error, tal y como incansablemente han enseñado los últimos Papas, en especial Juan Pablo II (vid. Encíclica “Fides et Ratio”) como Benedicto XVI (vid. El tristemente famoso “discurso de Ratisbona”). Tan error, como si prescindiéramos de la razón para explicar la fe. Uno y otro extremo deben ser evitados, puesto que nos dan una visión muy parcial de la realidad y nos conducen, bien al horror racionalista que tuvo en Hitler su máximo exponente, o a la irracionalidad del fundamentalismo religioso, ya sea islamista o protestante.
  • Y por fin, el argumento de la "sinceridad”. Que un católico diga defender la Vida, y lo haga sólo con argumentos científicos o racionales, o bien no conoce lo que es ser cristiano o está siendo un falso y engañando a su interlocutor, puesto que, si es un católico formado, sabe que la Vida tiene valor por ser creación de Dios, y que nuestra libertad ha sido conquistada a un “gran precio” con la sangre del Redentor. Callarse esto, a parte de muy fuerte, es injusto, no sólo para con Dios, sino para con quien estamos hablando, porque no le estamos diciendo “toda” la verdad de lo que pensamos.
  • La "aconfesionalidad" oficial no puede ser una excusa para no hablar de Dios. Es más, urge aún con mayor necesidad en un Estado que no le reconoce como fuente y origen de la autoridad. Dice el Concilio Vaticano II que "a la conciencia bien formada del seglar toca lograr que la ley divina quede grabada en la ciudad terrena" (Gaudium et Spes). Si los católicos somos minoría en la sociedad, razón de más para ser "luz" y "sal" del mundo.
  • CONCLUSIÓN: Los argumentos de la ciencia y del sentido común, que son muy necesarios y hay que darlos, no tendrían sentido sin lo anterior. Darlos es necesario. Como también es necesario completar esa visión, real pero parcial de la realidad, con la igualmente real de la Creación divina (salvo que no creamos en ella, claro, pero seguro que no es el caso de ningún católico).