18 mayo 2009

Rosarios para "tocar" al Gobierno


La infamia se ha consumado. Obama, el presidente norteamericano más proabortista de toda la historia, ha dado su discurso en la universidad católica de Notre Dame. No sin antes sucederse una serie de vergonzosos actos de tiranía, dejando bien “evidente en sí mismo” que aquello de los "derechos inalienables" otorgados por el Creador como la “Vida, la Libertad y la búsqueda de la felicidad” (vid. Declaración de Independencia de los EEUU) no es más que una burda mentira. Siento hablar así, pero detenciones como la del sacerdote octogenario Norman Weslin (vía Embajador en el Infierno, con vídeo de la detención) claman al Cielo.

Coincide esta polémica con la ofensiva que el Gobierno Zapatero está llevando a cabo en relación al aborto. Ahora, además, la distribución libre de la píldora del día después permitirá matar niños sin tener que contabilizarlos y, de paso, conducirá a unas pobres niñas de 16 años a añadir al error cometido, otro mucho mayor de consecuencias desastrosas para su vida, provocando, para rematar, graves efectos secundarios en su salud, sin advertírselo siquiera.

Me abstendré hoy de hacer más comentarios, pero me voy a hacer eco de una iniciativa que considero urgente trasladar a España, aunque no es la primera vez que se hace aquí. En EEUU, la plataforma NDResponse.com (Notre Dame responde) concluyó ayer una campaña para llegar al millón de Rosarios por que la Virgen toque el alma del presidente norteamericano en relación a la Vida. Nosotros, podríamos lanzar una similar, poniendo el tope en un número proporcional a nuestra población (así, rápido, me salen unos 150.000). En estos momentos, es la acción más poderosa y eficaz que podemos llevar a cabo, amén de las de otro calibre. En todo caso, como ya he sostenido con anterioridad, ilusos seríamos si creyéramos que la batalla por la vida la ganaremos sin Dios. Es más, estoy seguro de que, para tener algo de éxito, la Virgen nos pide Rosarios. La historia de España está plagada de gestas, de la mano de Dios. ¿Por qué no una más, tan grande y de la que andamos tan necesitados? Al fin y al cabo, si defendemos la Vida, es por Él.

Ahí lo dejo. ¿Quién se une?



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