19 enero 2014

La idiotez de derechas e izquierdas (y del centro)

A Chesterton leía cuando pensé en esta entrada...
Cada día me convenzo más de la idiotez que supone la existencia de derechas e izquierdas, así como de su complemento, el centro político. Subyace aunque no lo parezca, en todos ellos, un aburguesamiento rancio y anquilosado que consiste en la actitud del que se siente seguro de sus convicciones y plantea los problemas en forma de mera confrontación dialectica contra el adversario. Es un juego facilón y por tanto causa de cierto raquitismo intelectual.

Tiene de divertido que deja en evidencia a unos y a otros: a) deja en ridículo a unos, los progresistas, por caer en una actitud, como decía, profundamente conservadora, de seguridades y poltronas, aunque ese aburguesamiento consista en ideas -tres o cuatro- revolucionarias. Freud, por ejemplo, dio con una tecla pansexualista, sólo una, y de ahí todas las causas de todos los problemas psicológicos. b) Y a los otros, los conservadores, los que caen en el juego dualista, que por ir aceptando continuamente las síntesis que ayer fueron antítesis opuestas a sus tesis derechistas, siguen fielmente un programa evolutivo que es, contra todo pronóstico, marxista. c) Y finalmente a los del centro, sintetizadores profesionales, los más abyectos de todos ellos, por tibios y vergonzantes, nexo de unión de derechas e izquierdas, que trituran -moderan- las ideas revolucionarias para que la derecha, en un estadio posterior, las asuma sin reparos. Son, en fin, los transitorios portadores de las síntesis revolucionarias para que la derecha las asuma como nuevas tesis. 
Hoy en día lo hemos visto extraordinariamente nítido con la ley del aborto de Gallardón y la aparición del nuevo partido a la derecha del PP, "VOX": 

Alianza Popular se opuso (tesis) a la ley del aborto socialista que en 1985 despenalizó el feticidio en España (antítesis). La derecha, casi diez años después, gobernó haciendo de la ley del 85 su "síntesis" (o sea, el "consenso"), no solo aceptándolo sino aprobando una píldora del aborto libre (RU-486). Así, el aborto por supuestos se convirtió en la tesis, hasta que ZP propuso la ley de plazos (antítesis) y como resultado, el PP hace suya una ley, cuyo resultado parlamentario será, a buen seguro una nueva síntesis, acercándonos progresivamente a un aborto libre y sin cortapisas y quién sabe si no complementado con una ley de eutanasia infantil. Tiempo al tiempo, si Dios no lo remedia.

Con VOX ocurre un poco lo mismo. Ante la asunción rápida por el PP de las antiguas antítesis socialistas (nada se ha hecho contra el divorcio exprés, contra las uniones gays, contra la subida de impuestos, a favor de la excarcelación de presos etarras, etc.) surge ahora un partido a la derecha del PP (y ojo, a la derecha del PP actual y a la izquierda de la extinta Alianza Popular), y ahora resulta que sus síntesis son vistas como tesis auténticas y "fetén". Pues a otro perro con ese collar, oiga.
Y es que el maniqueismo ya fracasó, y lo venció el cristianismo en San Agustín y Santo Tomás. El pensamiento moderno ha consistido, en última instancia, en recuperar e implantar el dualismo maniqueo de derecha e izquierda a la vida social, provocando el raquistismo mental que no permite más que posicionarse sectariamente en lo contrario de lo propuesto por el adversario, aunque lo que defienda tal adversario redunde en beneficio de todos. Lleva a la anorexia intelectual, pues no se alimenta de complicarse la vida, que es el cristianismo, tan antiburgués como antirevolucionario.

Por eso soy premoderno, porque lo moderno, en tanto maniqueo, es muy antiguo y nos conduce a la muerte cerebral. Prefiero pensar. Prefiero vivir, y vivir eternamente.

No hay comentarios: