14 mayo 2020

Desescalada (con perdón)

Tantas veces he pensado en retomar este blog. Me lo han impedido la falta de tiempo y la sensación de que hoy no escribiría algunas de las cosas que aquí están escritas. Lógico, si tenemos en cuenta que lo empecé hace más de diez años. Así que tenía una de dos: (a) o borrar entradas y dejar aquellas que no tuvieran errores para retomarlo, casi seis años después, de forma que el blog tuviera más coherencia interna o (b) dejarlo como está. El tiempo que requería la primera opción lo fue retrasando y, a decir verdad, no me convencía del todo.

Entonces llegó el Covid-19 y con él, el confinamiento (o encarcelamiento); y con el confinamiento, mayor reflexión: Twitter se queda pequeño para expresar determinadas cuestiones. Como le decían a la Srta. Prim en la novela de Natalia Sanmartín, vamos a buscar la belleza en la calma. Y qué mejor que un texto que no lo sepulta la inmediatez de la piada que se lleva el viento (o la actualización). 

En definitiva, que me he decidido a retomarlo exactamente donde lo dejé, hace seis años, con todas las entradas tal cual fueron escritas. También hay algo de bello en ver la evolución de uno mismo con el pasar de los años. Hoy en día se suelen airear exabruptos u opiniones antiguas de los políticos o de los opinadores modernos como pieza de caza en la que se acusa como un grave pecado, no haber abrazado la "pureza" de la modernidad desde la más tierna infancia. Este blog es católico y cree en la redención, en el avance si este avance es hacia un Fin, en la ascesis y en la mejora. Este blog, por tanto, cree que las miserias pasadas, con perdón y humildad, son semilla de glorias futuras. Así que aquí dejo mis reflexiones de los últimos diez años, y las retomo. Nada fundamental ha cambiado, me parece a mí, pero espero haber pulido con el tiempo y la Gracia de Dios, mis miserias pasadas (y lo que te rondaré morena).

Empezamos la "desescalada" (perdón y perdón).

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