12 julio 2010

¡Viva España!

Lo de cada partido ha sido una explosión de alegría contenida y comprimida en un sólo grito: el de cada único gol que hemos marcado desde octavos. Siempre uno. Y en ese uno, en la segunda parte (del tiempo reglamentario o de la prórroga), toda la rabia y los nervios que no sólo eran los acumulados en los minutos que marcaba el reloj del árbitro. Eran la nariz de Luis Enrique, el áribitro egipcio de Corea, o la eliminación a manos de la Francia de Zidane... Eran años de frustración. En mi historia personal fue en 1994 cuando supe por primera vez, en aquél campamento de verano, qué era aquello de "jugar como nunca y perder como siempre". Tal era nuestro ánimo. Hasta 2008. Campeones de Europa y del Mundo. ¿España? sí, España.

No voy a contar cómo viví esta final, porque no será diferente de cómo lo ha vivido España entera. Tenía silla, pero estuve de pie casi toda la segunda parte y la prórroga entera, hasta que un chaval manchuelense que nació apenas un par días después que un servidor puso el grito de gol en las gargantas españolas.

En el plano deportivo y futbolístico es una alegría indescriptible.

En el plano patriótico (en boca de muchos estos días), habrá que hacer mucha pedagogía, pues apoyamos a la selección de fútbol porque somos españoles, no al revés. Sacamos la bandera porque primero representa a España, luego a la selección, y no al revés. España está unida en el fútbol por la unidad de España, que es sagrada, y no al revés. Y etcétera, etcétera, etcétera. En todo caso, hoy toca disfrutar.

¡¡Viva España!!

4 comentarios:

Álvaro dijo...

Una victoria muy merecida y una gran alegría. ¡Viva España!

Jorge P dijo...

¡Y tanto!

¡Viva España!

Conrad López dijo...

No deja de ser una alegría banal y efímera, pero ¡tenemos tan pocas de esas para compartir!

¡¡VIVA ESPAÑA!!

Jorge P dijo...

De esas alegrías también vivimos, hombre! y además, como dices, escasean, así que no me canso: ¡Viva España!